En la brusquedad del tiempo
aisla la ventisca los sueñosque rasguñan quimeras
por los aires de barlovento.
Intercedo el rezo que desea
con aristas envueltas de duelo
para deshilachar ovillos
que descalzan el pisar perpetuo.
Prometo respirar de fondo
como el mar que aprieta el polvo
para sollozar en la bravura hégira
en el delirio del viento que no cesa.